El agua tiene grandes beneficios para la salud. Entra para descubrirlos.

Desde que el hombre existe, se ha creído que el agua tiene efectos curativos, que tiene el poder de curar enfermedades, ya sean normales, crónicas o muy extrañas. No es novedad que en muchos sitios del mundo existan lugares diseñados con este fin, como puede ser el Blue Lagoon de Islandia, cuyas aguas, ricas en azufre y sílice, curan la psoriasis u otras enfermedades relacionadas con la piel.

Lo cierto es que esta creencia no es ninguna tontería. Está comprobado que el agua, además de limpiarnos y cuidarnos por fuera, también lo hace por dentro.
Cuando hablamos de baños terapéuticos no nos estamos refiriendo a un baño con sales y burbujas, con velas aromáticas, música relajante y una luz cálida. Ese tipo de baño, aunque también nos aporta beneficios, como el alivio de estrés, no es terapéutico.

Un baño terapéutico es aquel que, debido a las propiedades del agua y a sus componentes externos, son capaces de aliviar y mejorar el estado de una enfermedad, llegando incluso a curarla. Es lo que se conoce como Hidroterapia, es decir, terapia o tratamiento a través del agua.

El agua es el componente principal de estos baños, por supuesto, pero no es el único componente importante. En un baño terapéutico hay varios factores a tener en cuenta: la temperatura, la humedad y los compuestos químicos, minerales o de origen vegetal. Cada uno de ellos definirá un tipo de tratamiento, enfocado a una enfermedad concreta, y se organizará y estructurará sacando el mayor beneficio posible al baño.

La temperatura puede ir de un extremo a otro en función del objetivo. Los baños calientes, con temperaturas entre 37º y 40ºC, llegando a alcanzar incluso los 45ºC, se utilizan sobre todo en tratamientos analgésicos y antiinflamatorios. Cuando alguien sufre un dolor crónico, muscular o del sistema nervioso, el agua a altas temperaturas puede tener un efecto sedativo, disminuyendo el dolor hasta incluso hacerlo desaparecer por un tiempo. Los baños fríos, por otro lado, suelen hacerse con temperaturas entre los 10º y 18ºC, y no se suele permanecer en el agua más de quince minutos si lo que queremos es reducir dolores o afecciones traumáticas. Pero también se suele hacer en circuítos de veinte segundos en veinte segundos.

aguas termales large lQFHy9sWyXLa combinación de ambas temperaturas, es decir, la alternancia de frío y calor también se usa con frecuencia con enfermedades relacionadas con la elasticidad, la sensibilidad o inflamatorias (como la artritis). Este tipo de baños se caracteriza por el contraste de ambas temperaturas en un breve espacio de tiempo.

Los baños húmedos o en seco, como son los baños turcos o las saunas finlandesas, por otro lado, se utilizan para enfermedades respiratorias, cardiorrespiratorias o como tonificantes de la piel. El vapor ayuda a abrir los pulmones y limpiar las vías respiratorias. El baño en seco o sauna, sin embargo, es óptimo para mejorar la presión cardiaca y la tensión arterial.

Además de este tipo de hidroterapia, tenemos aquella que utiliza compuestos químicos o minerales, como las termas naturales cuyas aguas se componen de azufre, sílice, calcio o hierro. Pero también compuestos de origen vegetal como algas o hierbas aromáticas: eucalipto, menta, tomillo… Estos últimos muy fáciles de preparar en casa y beneficiarte de las propiedades terapéuticas del agua.