El Feng Shui no es un estilo decorativo, es mucho más. Entra para leerlo todo.


Detrás del término hay todo un sistema filosófico que nos habla de la armonía de lo que nos rodea y cómo una mala distribución puede afectar a nuestra psique. 

Feng Shui significa literalmente “viento y agua”, así que no es de extrañar que hayamos querido escribir un artículo dedicado al Feng Shui en las piscinas. Según este sistema de origen taoista, la ocupación consciente y armónica del espacio crea una influencia positiva en las personas. Antiguamente se estudiaba la naturaleza, los astros, etc, para encontrar el equilibrio en la materia que rodea al hombre. Nosotros no queremos aburrirte con términos complejos o repasando la antigua historia china, por eso vamos a hablarte de cómo usar el Feng Shui para crear esa armonía y esa paz entorno a tu piscina.

En primer lugar, es importante tener en cuenta la proporción de dicha piscina. Si tienes un patio o jardín reducido, la piscina no debería ocupar la mayor parte del espacio, ya que crea una sensación de agonía o incluso angustia ante la falta de movimiento y de espacio alrededor. Por el contrario, una piscina demasiado pequeña en un espacio amplio puede generar cierto vértigo.

Para el Feng Shui, una piscina con esquinas marcadas solo atrae malas energías. Esto es porque al acabar en punta una esquina, las malas energías pueden acumularse y no encontrar una salida. Con unas esquinas redondeadas eliminaremos las malas energías y traeremos buenas condiciones financieras al entorno familiar. Las energías negativas simplemente no encontrarán un lugar donde quedarse. Si nuestra piscina ya tiene una forma rectangular con ángulos marcados, una forma de deshacernos de las malas energías sería colocar plantas en cada una de las esquinas.

En tercer lugar, una piscina no puede estar demasiado cerca de la casa, sin embargo, esta debe poder verse desde las ventanas de la casa, al menos desde las zonas principales como la sala de estar o la cocina, y si esta se sitúa en el sureste de la casa, mejor aún, ya que se considera el rincón de la riqueza. El poco espacio entre la casa y la piscina, al igual que una piscina grande en un espacio reducido, conducirá a una sensación de ahogo. El simple hecho de ver tan poco espacio entre la casa y la piscina produce un desequilibrio armónico que no permite circular la energía.

Lo mismo ocurre cuando el agua se estanca. El agua que no fluye, que permanece sin movimiento alguna facilita también el estancamiento de la energía, que necesita moverse continuamente para renovarse, así atraeremos solo energías positivas. Una forma de hacer que tu agua fluya constantemente es mantener la bomba de agua en funcionamiento, cada vez que se depura el agua también se mueve. Si lo ves mejor, puedes incorporar a tu piscina una cascada o chorro de agua que haga que toda el agua se mueva, además, el sonido es relajante y alegre.

Por último hay que hablar de los cinco elementos fundamentales del Feng Shui, estos son: agua, fuego, tierra, madera y metal. 

Del agua ya hemos hablado, pero para completar la armonía y energías positivas de nuestro jardín o patio, hay que tener en cuenta estos otros cuatro elementos. Para crear un equilibrio más fuerte debemos contar con la tierra. Tonos terracota alrededor de la piscina, macetas de arcilla o adoquines de ladrillo o pizarra pueden ser suficientes. Aunque también pueden sernos útiles elementos de colores tierra, ocres o arena, como cojines si tenemos algún tipo de asiento o muebles de jardín. 

Otros elementos que debemos intentar incorporar son la madera, en muebles o plantas leñosas; el metal, que podemos encontrar en cercas o vasijas para el fuego; y por supuesto, el propio fuego, que no solo crea calidez, sino que aporta iluminación a los rincones sombríos. Puedes incorporarlo con vasijas para contenerlo, antorchas, velas, etc.

Esperamos que te haya gustado este artículo dedicado al Feng Shui en tu piscina. Ahora es el momento de que crees tu propio entorno armónico que atraiga paz y riqueza a tu hogar.