Bienvenido a Nemo 33: una piscina en la que bucear es un deporte.

 

Ubicada en la ciudad de Bruselas, en Bélgica, desde el año 2004, Nemo 33 se ha convertido en la piscina más profunda del mundo, alcanzando los 33 metros de profundidad, como indica parte de su nombre. La otra parte, sin embargo, es un homenaje a la novela de Julio Verne “20000 leguas de viaje submarino” y a su personaje, el capitán Nemo.

Su arquitecto, John Beernaerts, ingeniero civil, instructor y apasionado del buceo, recorrió medio mundo en busca de las mejores zonas para realizar esta práctica, hasta que un día decidió construir en su propia ciudad un edificio dedicado al buceo, tratando de recrear las condiciones de las aguas en la isla de Bora Bora. 

Se trata de una piscina de uso mayormente deportivo, dividida en diferentes ambientes para las prácticas de natación y buceo. Para poder bucear a distintas profundidades según las necesidades de los usuarios, la piscina tiene los siguientes sectores: en primer lugar una zona de iniciación de tan solo un metro treinta de profundidad, seguida de otra zona de dos metros conocida como la zona de natación. En medio de los cinco niveles encontramos la zona de descubrimientos con cinco metros de profundidad; y por último tenemos los fosos: el foso de iniciación de diez metros hacia abajo, y el foso de buceo experto, la zona más profunda de todas, con treinta y tres metros. 

Desde el exterior se puede ver gran parte de la piscina, hasta los doce metros de profundidad, ya que se encuentran al nivel del suelo; y a través de las catorce ventanas repartidas por el edificio (restaurante, habitaciones, etc) puedes ver a los buceadores en plena acción. Además, la temperatura del agua se mantiene siempre entre los 30ºC y los 33ºC gracias a los paneles solares que la calientan (sostenible y funcional).