Hablamos de un tema importantísimo cuando se tiene una piscina: sus posibles problemas.

 

Tener una piscina particular no pide como requisito ser un experto en la materia, no tienes por qué saber todos los entresijos del funcionamiento de una piscina o ser químico, pero es importante conocer los factores que pueden afectar al agua para ponerles solución de manera rápida. Así que vamos a ponernos manos a la obra:

1. El agua se ha vuelto turbia

Son varios los motivos por los que tu agua puede estar de repente turbia, lo más normal es que el pH esté alto, pero también podría ser o bien que algunas pequeñas partículas no se filtren bien, o bien el desarrollo de algas.

Si crees que la filtración no esté funcionando debidamente, puedes comprobar el funcionamiento del filtro y limpiarlo. Si observas partículas suspendidas en la piscina, puedes emplear un floculante o clarificador que hará que las partículas más pequeñas se agrupen y se decanten en el fondo de la piscina, donde será más fácil retirarlas.

Si por el contrario detectas la aparición de algas en la piscina, deberás ajustar los niveles de pH con productos específicos para la regulación del pH, normalmente debes ajustarse en el 7,2 y el 7,6, pero recomendamos que consultes a un experto, siempre será más rápido y efectivo, normalmente donde compras los productos para tu piscina, también te asesorarán bien.

2. El agua tiene otro color

El agua puede cambiar de color y adquirir tonos verdes, marrones, azules o negros. Si el agua de tu piscina se ha vuelto verde, se trata de un problema de algas, puedes leer el punto tres para saber cómo eliminarlas.

Si por el contrario el agua ha adquirido un color marrón, azul o negro, se debe a un exceso de cobre, hierro o manganeso. Independientemente del caso, se debe hacer lo siguiente: en primer lugar, ajustar los niveles de pH, como veíamos en el apartado anterior, entre un 7,2 y un 7,6 antes de iniciar el tratamiento. Después de una hora, en la que la depuradora debería haber estado funcionando, habría que tratar el agua con un floculante líquido, para terminar de quitar el color y en su caso, la turbidez que hubiera, y filtrar el agua durante 24 horas. Además, se recomienda cepillar las paredes y el suelo de la piscina para eliminar los restos de suciedad.

3. Algas en la piscina

Saber si tu piscina tiene algas es muy sencillo. Habrá que fijarse en las siguientes características: el agua está turbia, el suelo y paredes de la piscina parecen resbaladizas, los filtros pueden estar obstruidos, y puedes notar que tu piscina está consumiendo más elementos químicos de lo normal. Si es así, es que hay algas.

Éstas aparecen si no se filtra bien el agua, no se limpia con frecuencia o no se mantiene como se debe. No son nocivas ni causan enfermedades pero nunca son agradables. Existen los siguientes tipos de algas:

Verdes: Las puedes ver en las paredes o flotando por el agua con libertad.

Mostaza: A menos que las muevas, no ensucian el agua como tal porque se adhieren a las paredes. Se pueden eliminar con un cepillo.

Negras: También están en las paredes pero son más difíciles de desincrustar.

El tratamiento es similar al que encontramos con los cambios de color en el agua. En primer lugar siempre ajustar el pH antes del tratamiento y después utilizar dicloro granulado o floculante líquido, que ayuda a limpiar y aclarar el agua, y tener la piscina filtrando durante 24 horas o hasta que se vea limpia. Después se deben limpiar las paredes y el fondo de la piscina a fondo y añadir algún tipo de alguicida para prevenir que vuelvan a aparecer.

4. Aparición de cal

Si notas que el agua no circula como debería sino que se ha reducido y observas que hay manchas ásperas de color blanco en las paredes y accesorios de la piscina, probablemente estás frente a un problema de incrustaciones de cal, las cuales hacen que tus paredes estén rugosas. Algo muy molesto.

Estas incrustaciones se deben al nivel de pH, que es demasiado alto. Recuerda, hay que mantenerlo entre un 7,2 y un 7,6. Para eliminarlas completamente deberás aplicar un tratamiento anti-calcáreo, es decir, un desincrustante o desengrasante que acabe con ellas.

5. Problemas con los niveles de cloro

El cloro es un desinfectante estupendo para nuestra piscina, pero tiene sus inconvenientes. ¿Notas que tu piscina huele mucho a cloro?¿Te escuecen los ojos? ¿Se te irrita la piel? No te preocupes, son problemas fáciles de solucionar. Solo tienes que regular tu nivel de cloro, pues probablemente esté demasiado alto. Es normal que se desequilibren los niveles de pH y esto haga que los niveles de cloro también varíen, por eso siempre hay que mantener el pH dentro de sus límites (7,2 a 7,6).

Si el exceso de cloro es muy elevado puedes utilizar un neutralizador de cloro y dejarlo actuar durante una hora. Nosotros recomentamos un nivel de cloro bajo, entre 0,6mg/l y 0,8mg/l, lógicamente en días de mucho calor, hay que clorar a fondo, entre 1mg/l y 1,5mg/l con más horas de depuración.

6. Hay espuma en la superficie del agua

Si tu piscina tiene espuma es porque, debido a cremas solares, lociones, desodorantes o cualquier otro producto cosmético ha propiciado la acumulación de aceites en el agua. Basta con utilizar un floculante o clarificante para eliminar esa espuma. Si los usas semanalmente evitarás que vuelva a aparecer y ayudará al rendimiento de los filtros.