Hoy os hablamos de uno de nuestros mayores dolores de cabeza, las algas. Entra y entérate de todo.

En esta época del año las piscinas empiezan a funcionar de nuevo. El buen tiempo hace que queramos darnos un buen baño en nuestras aguas cristalinas, pero no siempre puede ser así, sobre todo si no hemos cuidado de nuestra piscina el resto del año.
El agua de lluvia, el viento que arrastra polvo, tierra, hojas y demás suciedad, son los causantes de uno de los problemas más frecuentes en las piscinas, las algas.

Las algas son realmente desagradables aunque por sí solas no son perjudiciales para la salud. Sin embargo, facilitan la aparición de organismos y bacterias que sí pueden traer consecuencias para nuestra salud. Por ello es tan importante prevenir su aparición siguiendo los cuidados habituales de nuestra piscina, incluso sería recomendable seguir cuidándose en las épocas en las que permanece cerrada.
Para llevar un cuidado adecuado de nuestra piscina y así prevenir la aparición de algas, lo más importante es mantener los niveles de cloro y pH equilibrados. Si están bajos, podrían no ser tan efectivos y no eliminarían así algas y esporas.
Otro factor importante es la limpieza regular de nuestra piscina con sistemas de limpiafondos, para garantizar que tanto el fondo como las paredes de nuestra piscina están libres de suciedad. De la misma manera se recomienda un control recurrente de los filtros de la piscina para comprobar que no están atascados y funcionan correctamente.
Si queremos asegurarnos de que nuestra piscina no tiene ni tendrá algas, lo mejor es que el sistema de filtrado esté en funcionamiento entre seis y ocho horas al día, sobre todo en verano.

Si por el contrario no hemos podido prevenir nuestra piscina de la aparición de algas, te recomendamos el siguiente tratamiento dividido en cuatro imprescindibles pasos:

1. En primer lugar y como decíamos antes, es fundamental que los niveles de pH estén equilibrados (7,2 a 7,4), ya que de otro modo no podrás iniciar el tratamiento de choque. Por eso, controla el pH y en caso de que no esté equilibrado, ajústalo.

2. Asegúrate de que el sistema de filtración funciona como debe, ya que al aplicar el tratamiento de choque, necesitamos que el filtro haga su trabajo para que el producto sea eficaz en todas partes. Límpialo si está sucio y permite que funcione durante 24 horas (tiempo necesario para el tratamiento).

3. Aplica el tratamiento de choque. Este se realiza con un tipo de cloro de acción rápida más agresivo y eficaz en ocasiones puntuales como la aparición de algas. No es recomendable un uso habitual debido precisamente a su agresividad, puede producir irritaciones en la piel y picor de ojos.
Este tratamiento puede realizarse también usando el doble de cloro que usamos de manera regular, aunque ambos deben dejarse actuar a través del sistema de filtrado durante 24 horas.

4. Es el momento de comprobar que nuestro tratamiento ha funcionado. Si aún quedan rastros de algas, repite el mismo proceso hasta su completa eliminación.
Si hemos conseguido eliminarlas, no tendremos que hacer nada más que utilizar un limpiafondos para garantizar que nuestra agua está libre de algas, ya que estas se reproducen rápidamente y podría repetirse el episodio.

Ahora es cuestión de seguir los pasos de prevención controlando los niveles de cloro y pH y limpiando la piscina con frecuencia.