Si tienes niños pequeños en casa, no te pierdas este artículo sobre su seguridad en las piscinas.

Más que los adultos, la mayoría de los niños disfrutan locamente de una piscina, la diversión de los más pequeños de la casa está garantizada dentro del agua. De hecho, existen cantidad de juegos acuáticos para pasar el verano, juegos que si bien son muy divertidos para los niños, también pueden resultar peligrosos si no se toman ciertas medidas.
Muchas veces, con la diversión del momento o cuando estamos ocupados, nos olvidamos de algunas cosas básicas que siempre debemos recordar y hacer saber a los niños, pues hay cosas que se deben y cosas que no se deben hacer en una piscina o cerca de ella.
El trabajo principal de un adulto es sin duda el de vigilante. Como decíamos, muchas veces nos despreocupamos y dejamos de atender a lo que está sucediendo en la piscina, pero un niño siempre debe estar bajo la supervisión de un adulto. Una piscina privada no cuenta con un socorrista, por eso somos nosotros quienes no debemos quitar el ojo de encima a los pequeños.

Si nuestro hijo no sabe nadar, es probable que optemos por el uso de manguitos o flotadores para que así también pueda disfrutar del agua y nosotros podamos dedicarnos a otra cosa con la seguridad de que el niño flotará. Este tipo de accesorios son muy útiles para aprender a flotar y a nadar pero nunca hay que dar las cosas por descontado. En un despiste se pueden liberar de ellos (ya sabemos cómo son los niños) y si no estamos atentos, la cosa puede acabar en tragedia. Sobre todo ocurre con el flotador, del que es más fácil zafarse, aunque muchas veces sucede que el niño queda bocabajo atascado en el flotador y no tiene fuerza para darse la vuelta.

Muy a tener en cuenta es el suelo alrededor de la piscina. No siempre el peligro está dentro del agua. Una vez mojados, la gran mayoría de los suelos que instalamos en el perímetro de nuestra piscina se vuelven altamente resbaladizos y es algo que tendemos a olvidar. Si tenemos niños pequeños en casa debemos establecer una norma muy sencilla: No se corre alrededor de la piscina. Pero nunca está de más instalar bordillos antideslizantes que permiten una mejor adherencia aún mojados, o suelos de madera, que por lo general son menos resbaladizos.

Recomendamos también el uso de cubiertas cuando la piscina no se esté usando, de ese modo evitamos que el niño caiga en cualquier momento del día. Esto vale también si en casa viven personas mayores o tenemos mascotas, y la verdad es que las cubiertas para la piscina tienen otras muchas ventajas por lo que nosotros siempre recomendamos instalarlas bajo cualquier circunstancia, puedes leer nuestro artículo "¿Por qué son necesarias las cubiertas de invierno?" si quieres saber más.
Existen, por otro lado, vallados o cercados que se pueden poner y quitar alrededor de nuestra piscina, así, si el uso es regular, tan sólo tenemos que abrir la puerta de nuestro cercado en lugar de colocar y retirar constantemente la cubierta.

Tanto si nuestra piscina es grande como si no, siempre es útil contar con un equipo de primeros auxilios (salvavidas, pértigas…) no son costosos y pueden ahorrarnos disgustos.
Por último existen sistemas de seguridad para tu piscina, alarmas perimetrales o de inmersión, que nos avisarán si el niño está cerca de la piscina o está dentro del agua. Estos sistemas existen también domotizados, es decir, poseen una tecnología domótica con la cual podemos acceder a todas las funciones desde un dispositivo electrónico y recibir también notificaciones.